Limpie y sazone las alitas. Reserve por lo menos media hora.
Mezcle las harinas y todos los ingredientes secos en un bowl.
En otro bowl, coloque 1 taza de la mezcla, agregue el agua y revuelva.
Cubra las alitas con la mezcla líquida, sacuda ligeramente el exceso, luego lleve a la mezcla seca y cubra todas las alitas.
Caliente abundante aceite, fría las alitas por 7 a 10 minutos a fuego medio. Deje que se refresquen un poco.
Caliente el aceite y vuelva a freír las alitas a fuego alto por 1 minuto aproximadamente (esta técnica permite que queden súper crujientes y se mantengan así durante mucho tiempo).
Para la salsa, caliente un chorrito de aceite a fuego bajo. Añada el ajo y el jengibre. Cuando sienta el olor de los ingredientes, agregue la salsa china, la miel y un chorrito de agua, cocine a fuego alto hasta conseguir que la salsa espese.
Agregue las alitas fritas, el ajonjolí, revuelva todo muy bien ¡y listo!